Campañas Google Fail-People – Conversiones de papelera

Aprender SEO/SEM, posicionamiento en buscadores (o buscador) es una ciencia que ya nada tiene que envidiar a cualquier tarea compleja que realice la raza humana. No se puede comparar con la neurocirugía, pero tampoco se puede comparar con hacer la “O” con un canuto. Es una disciplina compleja, que requiere un esfuerzo a tres bandas:

1. Esfuerzo intelectual, capacidad para dar de “comer” a google lo que demanda cada día.
2. Esfuerzo físico o temporal, el tiempo y la dedicación de nuestra vida que restamos para dárselo a este proceso.
3. Esfuerzo monetario, las campañas SEM cuestan dinero y son necesarias para optimizar la acción.

Cuando se lanza una campaña, sabemos que por muy afinada que esté, siempre va haber personas que no se conviertan (que en marketing significa que no nos compren o simplemente no nos visiten). Este margen de personas que no va a seducir nuestra campaña es algo que ya va asumido. Mediante la segmentación vamos a ir depurando en futuras campañas y optimizando los resultados.

Pero hay otro elemento que he denominado con el título de este artículo como “FAIL-People”. Un Fail-people es una persona humana que no está a la altura de nuestra campaña y nos hace perder esas conversiones, clientes, ventas o visitas. Por compararlo con la pesca, es ese pescador que nos rasga la red y permite que se escape el pescado.

Si gestionamos nuestra campaña de principio a fin, no vamos a tener problemas, pero si delegamos esa visita en personal no cualificado, no motivado, sin nociones de venta o atención al cliente, somos nosotros los que hemos puesto al suelta redes en nuestro barco.

Hay mil herramientas de social media, de marketing, de analítica, de promoción, de lo que quieras. Pero cuando se trabaja con personas, cuando se delega nuestro esfuerzo en otra persona que no está a la altura por las circunstancias que sea, estamos haciendo un flaco favor a nuestra campaña, nos auto flagelamos y nos auto lamentamos.

Por eso pido coherencia y cabeza, y al igual que dedicamos tiempo, dinero y esfuerzo en aprender, practicar y perfeccionar, dedicar tiempo a esa persona, cliente, ayudante, comercial que va a recibir nuestros datos, nuestro esfuerzo y resultados. Merece mucho la pena, ya que a nadie le gusta ver su pescado esparcido por la playa panza arriba. Había un refrán de no ofrecer perlas a los cerdos (sustituya cerdos con perdón por incapaces, atolondrados, vende motos, o personas en otras órbitas) porque al final todo nuestro esfuerzo solo habrá valido para encontrar a una persona analfabeta en términos de venta.

Mejor trabajar con profesionales y para profesionales, ya que son las únicas personas cualificadas para valorar nuestro trabajo. Para todos los demás nunca estaremos lo suficientemente valorados y encima nos mirarán con cara de incrédulos. Valórate a ti mismo y si no te valoran, sinceramente no es tú cliente.

Rubén García Codosero