¿Eres un “Cara dura”?
Si no eres un “cara-dura” la vida te dará tortazos de los que duelen, y con esa mano marcada en la cara nos detendremos y miraremos alrededor a los que nos rodean. Les verás felices sin tortazos, a lo suyo en una vida plena. Pero no hay que dejarse llevar por la apariencias, todos recibimos tortazos y nadie se salva. Es lo que tiene esta vida ya sabes, una de cal y otra de arena. Pero si ya estás harto de recibir y te crees el centro del mundo en el que recalan todos los golpes y las malas experiencias te voy a dar otra mala noticia… no tienes escapatoria.
Vivir significa aprendizaje, ganar experiencia. Nuestro objetivo es ser felices y como dice el refrán “no mirar a quién”. Pero cuando vienen mal dadas si “miramos a quién”. Quién es más desgraciado que nosotros, quién pasa más penurias, quién no tiene nada, quién tiene una enfermedad. Y nos auto consolamos, nos cerramos en nuestro regazo y nos conformamos sabiendo que siempre hay personas en condiciones más difíciles que las nuestras.
Pero no es cuestión de conformarse, de seguir caminando por nuestro sendero apoyados por el bastón de nuestra desdicha (sea cual sea). Es cuestión de sentirse hombre o mujer y mantener la cara muy dura con las situaciones. La primera vez que nos golpea la vida duele y mucho. Pero si analizamos esa experiencia como aprendizaje y lo asimilamos, nuestra cara se volverá mucho más dura y nuestro paso mucho más firme.
Lamentarse no conduce a nada, sino más bien todo lo contrario, nos lleva a dar pasos de retirada. Y no hay donde huir ya que el resto de nuestra vida siempre es hacia el frente, hacia delante. Somos humanos, sentirse afligido, desengañado, abatido, rendido, humillado, superado es ineludible y quién diga lo contrario no es de este mundo. Por eso siempre has de darle tiempo a ese sentimiento humano de válvula de escape, pero como consejo nunca más de 5 minutos. Rabia, chilla, grita, llora, maldice en arameo, implora a los cielos, tiembla, pero por favor, no inmoles más de 5 minutos de tiempo de tu vida. Concédete el mínimo tiempo y sigue caminando. Prueba de nuevo a hacer otras cosas, a conocer nuevas personas, a buscar una nueva solución, a hacerlo de manera diferente, a tirar la toalla y pintar una nueva bandera. Pero por favor no pierdas tiempo en lamentaciones.
Siendo una persona de cara dura, ya sabes a lo que me refiero, llegarás más lejos por el simple hecho de no haber perdido tiempo de tu vida irremplazable en lamentaciones, pues el mejor símil para las lamentaciones es el de un muro de piedra en tu camino. Deja allí dobladito en un papel tu lamento y sigue tu camino. Sé que no es fácil, pero también sé que es un habito. Practicando ganas eficacia, las penas seguirán siendo penas, pero cada vez menos, ya que seguirás centrado en tu objetivo; Ser y vivir feliz. Buena suerte cara dura.
Información Bitacoras.com
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