Nunca he sido fan de Whatsapp, admito que tiene su utilidad pero no he sido muy seguidor de su logotipo verde, ni de sus “virtudes”. Siempre he preferido Twitter por muchas razones, entre las que se encuentra, su gran potencial para conocer personas, que por otros medios hubiera sido imposible. Comparo Twitter como visitar cafés de tertulias, donde puedes conocer personas que te aportan y otras que mejor olvidar, y Whatsapp con un patio de vecinos de corrala, donde el cotilleo, la gracia y también el inoportunismo está a la orden del día. En twitter te puedes encontrar a un príncipe o al mismísimo diablo, pero en Whatsapp estarán los de siempre. Y para estar con los de siempre, mejor disfrutar con ellos de un café en una terraza, que del sillón de casa mientras pasan las horas.
Pero bueno como reza el título, no todo es Whatsapp todo lo que reluce. Para empezar esta popular aplicación carece de seguridad. Un simple vecino de corrala con los oportunos conocimientos, podría interceptar nuestros mensajes para saber si le estamos criticando, o bien el amigo Obama podría estar interesado en lo que contamos a nuestros hermanos, tíos y amigos. También mencionar que un usuario de una empresa de servicios de internet, que posea un servidor de Whatsapp, podría estar leyendo lo que decimos, para bien pasar el rato, o bien para pasárselo a empresas de marketing.
Pero eso no es todo, desde que Facebook comprara esta aplicación (o red social como se la considera por sus 500 millones de usuarios), nuestras conversaciones estarán grabadas, filtradas y clasificadas. Este monstruo de Facebook que empieza a rivalizar en consumo de Internet con el mismísimo Google, vive de los anuncios promocionados. Con los “me gusta”, ya nos están “fichando” en gustos musicales, cinéfilos, políticos, religiosos, personales, etc.
Ahora con nuestras conversaciones de Whatsapp por muy aburridas que puedan parecer, le estaremos dando a este Titán una información muy valiosa. Por ejemplo, si le decimos a nuestra tía Puri, que este fin de semana nos pasaremos por Ikea a por una colcha modelo STOKLM, Facebook podrá vender esa información al propio Ikea o su competencia para sacarle redimiendo. Si en los próximos días ves en tu Facebook, publicidad de colchas de cama suecas, verás que efectivamente Facebook está nutriéndose de tus conversaciones privadas.
Pero no todo está perdido, en mi artículo para El Cotidiano de esta semana, hablo de Telegram, una bendición rusa de privacidad, sencillo manejo y otras cualidades que hay que tener en cuenta. Si sabes utilizar Whatsapp, sabes utilizar Telegram, pruébalo y utilízalo si quieres privacidad en tus conversaciones. Aunque por mucho que nos gusten las redes sociales y la tecnología, todavía nada va a sustituir un buen café y una buena compañía.
Antes de borrar Whatsapp de vuestro móvil o celular os recomiendo esperar al próximo artículo, donde hablaré de la potencia de Whatsapp en el ámbito comercial. No todo está perdido para los fans de Whatsapp, pero recordar:
No habléis mal de las personas en Whatsapp, ya sabéis; al final todo se sabe.