La carcasa

La carcasa que te envuelve

La semana pasada un compañero que venía de Pekín me comentó, que la última moda en china es una carcasa cerrada al vacío. Cierto es que solo es útil para teléfonos con carga inalámbrica, si no se nos iría el vacío por donde se conecta el cable. Supongo que alguna ventaja tendrá dicha carcasa. Los componentes al vacío sufrirán menos con el oxígeno, ese oxidador natural que es el que al fin nos lleva a la muerte. Quién sabe si nosotros necesitemos de esa carcasa para vivir unos cuantos años más en las mejores condiciones. Pero claro teniendo que prescindir de dar la mano, besos o abrazos.

Los abrazos que fueron

La sociedad apenas ya se abraza. Se saluda con iconos, al igual que aquel sordomudo que llevaba una pizarra con dibujos, para mostrarnos lo que quiere. Y si los millennials lo ven claro, pues cuando nazcan sus hijos besen la pantalla de su móvil. O cuando mueran sus padres, con un  icono de Inri † estará todo más que hablado. Hemos cambiado el ataúd de madera, por una carcasa transparente desde la que vemos la vida sin esperar a descansar bajo la tierra. Un símil del muerto viviente por decisión o mejor dicho por una moda “disfrazada” de un falso progreso.

La evolución siempre es buena, pero cuando se acompaña de formación, valores y entendimiento. De nada vale un sable láser si no se sabe de dónde vienen las lentejas.

carcasa

Si no las quieres las dejas.

Ese es el Kit de la cuestión, que debemos saber que si algo no te gusta, no debes pasar por el aro. Y no me refiero al vídeo de tal o pascual. Me refiero a esa felicitación de cumpleaños de viva voz, de ese abrazo cuando lo necesitas, de recorrer miles de kilómetros para estar a tu lado. Ya que un Skype o un icono jamás será símbolo de evolución, porque el afecto y la unidad familiar fue creada y perfeccionada el primer día de la conciencia de un hombre.

Si te enmascaras tras un icono, cuando lo necesites solo obtendrás iconos. Calibra siempre quién eres; somos humanos.

Por Rubén García Codosero

Escritor y programador o viceversa.

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