Esta dieta no me vale, ese pantalón ha encogido, ese Audi es muy caro, mi suegra me mira mal. Estas frases negativas y otras miles más, acuden a nuestra mente cuando no podemos conseguir nuestros objetivos. Pocas personas, entre las que yo no me incluyo (pese a intentarlo), se detienen a observar porque no consiguen sus objetivos. Lo único que yo sé, es que hay intentarlo una vez más, dos veces o mil. Que con el ensayo y el error se aprende, y que es el único camino posible para ser cada vez mejores y conseguir nuestras metas soñadas.
Recientemente se ha creado un debate en la red que habla de la viabilidad o no de las redes sociales. Toda opinión es respetable, pero toca dar mi opinión profesional al respecto.
Las redes sociales no aportan nada a todos aquellos que no saben utilizarlas. Es como utilizar un arco con flechas. Todo el mundo se puede defender, pero solo los que se han entrenado, controlan la dirección del viento y saben la fuerza de tensión que aguanta la cuerda, son los que pueden dar en el objetivo.
Una vez más en este país, lo digital es tirado por tierra sin tener la inquietud de saber un poco más. Las redes sociales sólo pueden dar su jugo si son exprimidas por expertos formados y fogueados en esta nueva disciplina. Lo contrario es como dar una llave inglesa a un hombre prehistórico. El hombre prehistórico cazará a garrotazos con esa herramienta, pero no se parará a averiguar que puede realizar otras labores de más precisión.
Las redes sociales no son una máquina tragaperras donde se publica un tweet y te sale la especial con 1000 RT. Las redes sociales por una parte tienen un fin de comunicación bidireccional de gran alcance y por otra un gran valor para marketing fuera de toda duda. Siguen siendo la revolución que está cambiando las cosas.
Poner un tweet para una empresa, o publicar un post no es cualquier cosa. Una cadena de tweets debe tener su plan de marketing, sus herramientas de medición y su estudio posterior. La velocidad de la red permite analizar al segundo como va funcionando nuestra campaña y reaccionar al instante si algo no va bien.
Un post tiene un propósito y su lectura posterior arroja información sobre lo publicado, si debe ampliarse, acortarse, incidir, olvidarse…
Las redes sociales corporativas son herramientas de uso eficiente probado y no voy a entrar en ello. Y sobre la marca personal y posicionarse en redes, me suscribo a la opinión de Andrés Pérez Ortega. Si quieres marca personal tienes que tener algo distinto a la competencia que vender y ser bueno en ello. Si eres un coach entre un millón o un community manager entre otro millón, no te extrañes que no te llame ni tu familia para comer.
Crear marca digital es extender nuestra reputación del mundo real. Si no somos buenos en el 1.1 que demonios vamos a vender en la nube.
Hay que cultivarse y trabajar en el mundo real, dejar las redes a los expertos, la informática a los expertos, la medicina a los médicos, la abogacía a los abogados, las inversiones monetarias a los expertos financieros. En apariencia y sobre todo en España todos sabemos de todo, pero los resultados que arrojamos hablan de nosotros.
¿De qué le vale a una tienda de cebollinos, tener un perfil en Linkedin? ¿Qué hace un profesional de RR.HH. subiendo fotos de moda en Pinterest? ¿Qué nos aporta seguir a quién nos sigue o te sigo porque me sigues? ¿Para qué a un futbolista checo si nunca te va a comprar nada y ni le entiendes?
Señoras y señores, las redes sociales son parte de nuestra vida. Complementan y complementarán más al mundo real y le potenciaran, pero nuestro criterio siempre estará hay.
¿Qué es mejor tener 10 followers que interactúan y aportan o 10.000 seguidores dispares, que cacarean tweets al unísono? ¿Vamos a comer en ese restaurante que nos da asco, porque en Foursquare tiene mil recomendaciones? ¿Nos vamos a enfadar porque no encontramos trabajo?
¿No será mejor comer en el restaurante que nos agrade y pensar que no encontramos trabajo porque hay 500 como nosotros?
Concluyo diciendo, que hemos de aprender el uso de cada herramienta y su utilidad. Un sacacorchos es útil abriendo una botella, pero inútil para hacer cemento.
Sigamos aprendiendo y creciendo y que san Twitter perdone nuestras ofensas.