Curas y Toros, a Dios rogando y con la muleta toreando.

Curas y Toros la eterna discusión.

Este pasado verano causaron polémica curas y toros. El cura degollado en Francia por un musulmán y el torero muerto en la plaza de toros. Hoy acabado el verano, quizás solo se acuerden del toro aunque lo más probable es que tampoco.

Últimamente en la ex España de Bécquer siguen muriendo curas y toreros. Unos en suelo franco y otro en suelo patrio, aunque pudiera extrapolarse a México u Uganda, pero ahora nos toca cerca. Después de recibir tortazos un día sí y otro también de unos desalmados que siguen la moda del podeismo, de la izquierda de Durruti (si saben quién era Durruti). Atacan la tradición, las buenas formas, el saber estar en pos de una libertad que se impone con la orca de la sordera. Apañados vamos como dirían mis abuelas allá en sus tiempos.

Y es que matar toros está mal, que se lo digan a sus padres que hace años perecieron en un hermoso emparedado de carne o en una hamburguesa de cualquier restaurante de este plomizo país. Pero escupir con la sangre de un torero, con la de un hombre anciano que por ser cura ya respetaba con ello, al Mahoma made in odio que recorre el mundo. En en nombre Dios. Atropellar familias en un paseo marítimo con un camión es empatizable según los políticos de la izquierda, mientras los de derecha empobrecen la nación con un robo sobre robo y aquí no pasa nada. Bárcenas, Mario Conde y Rita Barbera juegan a los dados con el cubilete amañado, los podemitas reclaman la utopía de una momia que se deshilacha en el Kremlin. Mientras el último rey medieval de España, luce corchetes y peluca empolvada por el tiempo. Nadie se baja del burro, nadie lucha por nada, excepto por su idea (la propia) y que los demás muerdan los cantos del camino.

Por un momento si se fusilaran curas, toreros, peperos, podemitas y mangantes, faltarían balas y sobrarían sobornos. Ninguna bala muerde a la mano que la da de comer. Curiosamente solo los curas y toros permiten elevar la voz y entrar en acción, lo otro pataleta de a dos minutos.

Propongo la reconstrucción, la evolución a los nuevos tiempos, de  recuperar cartas de tiempos mejores que generaban progreso, de tiempos de palabra y acción. Porque hubo tiempos donde Europa no imponía nada, ni se nos dormían los machos por expulsar maleantes, ladrones y perturbadores del orden público.

La sangre nunca dará la razón.

La sangre nunca dará la razón, solo la sangre interna y la decisión de avanzar. Al loco integrista de su medicina, o un loco humanista que le quiera hacer entrar en razón (allá su tiempo y su medicina). Al anciano apoyo, al trabajador trabajo, al empresario apoyo, al cura sus misas, al toro sus prados, al enfermo ayuda, al podemista formación y viajes por el mundo para ver otras realidades, al ladrón Etiopía de ONG vitalicia, al intransigente a cuidar personas en hospitales, al rey nuestra carta de recomendación, al parlamento…Reset!