Que no, que en tu “normalizada” vida no vas a encontrar la felicidad. La felicidad no está en las librerías de los grandes almacenes, ni tan siquiera en las pequeñas de barrio. La felicidad no está en coleccionar monedas, discos descatalogados, sellos antiguos o muñecas de porcelana. Tampoco vas a encontrar la felicidad envidiando los coches de los jugadores de fútbol.  No te acomodes en tu sillón frente a tu impresionante televisor o videoconsola, no está ahí esa felicidad. No te regodees en tus cuentas bancarias, depósitos o tiestos con geranio en la terraza, no está ahí esa felicidad.

¿Y dónde está esa felicidad que te quiero contar? Pues simple y llanamente en hacer lo que más te gusta todos los días. Si ya sé que te gusta ver partidos de fútbol, salir con amigos, ir de compras, escuchar buena música, pero no es esa la felicidad que te quiero vender. La felicidad que te quiero vender, es la de tú trabajo diario. Porque no vamos a negar todos, que nos pasamos todo el año trabajando. Con unas pocas vacaciones, días de fiestas y los que tienen suerte hasta fines de semana. Luego si un Dios todopoderoso capaz de abrir mares, enviar plagas y hacer que la gente se inmole nos dice que trabajemos y nos ganemos el pan con el sudor de la frente, pues vamos hacerlo, pero en lo que nos apasione.

¿Y qué te apasiona? Pues una pregunta que tienes que hacerte, porque nadie mejor que tú sabe la respuesta. Uno serán porteros de finca y quieren ser toreros, otros maestros de escuela que quieren ser guitarristas de rock, una señora de la limpieza que quiere ser actriz, un actor que quiere encontrar trabajo….

Ya (me dirás) pero si no encuentras lo que quieres, tendrás que conformarte con lo que tienes ¿no? Pues bien si en vez de a mí, le preguntaras a un Cristóbal Colón, a un John F.K,  a otro John Lennon, un Harrison Ford o un Steve Jobs ya te imaginas la respuesta no?

Tu vida requiere inconformismo para encontrar la felicidad. Es lo que se conoce como batir el cobre, trabajar duro muy duro por lo que quieres conseguir. A veces es tan duro, que lo cómodo es desistir y volver al remo y a la escoba. Nadie te va a engañar, vas a conseguir tu sueño si luchas por ello. Si ves que no llegas, si te chocas con un muro una y mil veces, deja de chocar. Analiza y cambia de estrategia, bordea, salta, revienta ese muro y continúa hacia delante.

Alcanzar tu sueño es una meta difícil en un laberinto enorme. Solo sorteando las pruebas, dando rodeos, esquivando trampas, saliendo del fango puedes alcanzar lo soñado. Puedes soñar con ser presidente de este país, puedes afiliarte a un partido y seguir sus doctrinas o puedes crear el tuyo y derribar torres. La cuestión es no rendirte, nunca rendirse. La rendición no es una opción, ni la decadencia. Así que para alcanzar tu sueño solo tienes dos opciones.

O bates tu cobre

O te bates en retirada.

Mientras…. El mundo sigue girando.

 

Batir el cobre
Hay que batir el cobre, que si no la vida va pasando…

 

Por Rubén García Codosero

Escritor y programador o viceversa.

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