Cumplir más de treinta y cinco años en España es una maldición. Y no es porque el viejo Tutankamón nos guiñe un ojo y nos marque como apestados para siempre. Lo digo porque esta sociedad tan laboral y “nuestra” creada por una casta de líderes con negocios, (o amigos) nos apremia cada vez más a salir del ruedo de la empleabilidad y el mundo laboral. En otros países está prohibido, aquí consentido y si no agachas la cabeza, pues “ala” te quedas sin empleo.
Valorar a una persona por su edad y no por su experiencia es dirigir la proa de la nave empresarial a líneas cercanas a la costa. Mientras antes las personas con experiencia eran las más demandadas para iniciar travesías arriesgadas, ahora uno se conforma con un remero que no pida mucho de comer.
Ofertas de empleo que indican una edad máxima para acceder a un puesto de trabajo, en el resto del mundo se consideran aberración y delito. Ceñirse a un perfil joven para evitar sueldos altos, o sublevaciones por pedir jornadas maratonianas, o impedir que alguien con mucha más experiencia que nosotros nos recuerde que nos equivocamos de vez en cuando.
Comodidad del empresario frente a la calidad del antiguo empresario. No importa quién nos compre, ni tampoco quién de nuestra empresa nos venda, al fin y al cabo lo que importa son los números.
Suerte tuvo Pablo Ruiz Picasso de no haber vivido nuestra época. Seguramente a sus 35 años, antes de crecer como artista, se hubiera encontrado con un “No apto” en su cumpleaños. Gracias a Dios que Picasso nació en otra España más justa.
No apto es el que no crece, el que no crea, el que no se implica, el que no resiste, el que no sonríe al dar los buenos días, el que no sueña con llegar lejos todos los días.
Apto es el que obvia o escribe a esas ofertas de empleo y le contesta:
“Estimados señores, su empresa no es apta para que ejerza en ella toda mí valía, ruego que me sepan disculpar y no le echen la culpa a su pobre contable, posiblemente es demasiado joven para decirles a la cara, (Os estáis equivocando)”
Información Bitacoras.com
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