Recientemente revisando los episodios nacionales de Don Benito Pérez Galdós, me ha agradado repasar la vida de Agustina Zaragoza. Una mujer Catalana de Barcelona que hace 200 años, tomo la iniciativa por pura voluntad de disparar un cañón.
Lo que hizo ese cañón va mucho más lejos de lo que era su misión primigenia. Ese disparo hizo que Agustina de Aragón encendiera la mecha de una nueva era en la historia del ejército español. Agustina fue la primera mujer incorporada al ejército hace ya 2 centurias, con el grado de subteniente. Para nada una mujer lo tenía nada fácil en el siglo XVIII, ni con sus méritos para elevar la moral y derrotar al enemigo con creces, ni convirtiéndose en leyenda y en un símbolo nacional aún la quedó bregar con Fernando VII para que la pagara su sueldo íntegro desde el sitio de Zaragoza.
Amyl
El pasado jueves 06 de junio, la fundación de Mujeres y Liderazgo Amyl celebraba en club Alma una cena de homenaje a Doña Silvia Gil Cerdá. Comandante de la guardia civil en el estado mayor. Doña Silvia expuso en la cena toda su carrera y su pasión por el cuerpo de la Guardia Civil. Como es ser mujer y pasar a ser parte de la Guardia Civil con condición de oficial. Las distintas anécdotas, experiencias duras, dificultades, trabas pero también agradecimiento, superación y crecimiento.
Según avanzaba la noche y la escuchaba, oí entre sus palabras justo cuando se refería a “ciertas” dificultades a realizar el trabajo que tiene asignado en la actualidad, ese eco sordo del cañón que Agustina había prendido hace tiempo. El fulgor y el estruendo de aquella bala que diezmo no solo la vida de aquellos hombres de ideas fijas, sino también el espíritu de combatir en una batalla con superioridad numérica y para nada justa.
CORAJE
Amiga Silvia, Agustina combatió contra todas las armas que portan los hombres, desde las materiales a las psicológicas y nunca se dio por vencida. ¿Qué quiso tirar la toalla? ¿Qué lloró de rabia? Eso no lo pongo en duda, ¿quién no? Pero si pudiéramos ver no solo en los corazones de aquellos maños\as que defendían una ruina de muralla, o esas mujeres que se jugaban la vida sorteando balas para llevar provisiones, veríamos que efectivamente la resistencia tiene su recompensa. No quizás como quisiéramos, pero si en los corazones de muchas personas que nos rodean, conocidos o no.
No tengo duda que cuando te sientas otra vez cercada por el “enemigo” de nuevo ese cañón que es tu voluntad, seguirá haciendo mella en el enemigo acomodado en las convicciones, y en los estrechos sitios del porque si. Para como decía Machado, golpe a golpe y verso a verso el último muro por fin sea derrumbado.
No estás sola, en todas las trincheras y posiciones de la sociedad miles combatimos a tu lado. Paso a paso palmo a palmo, como tú, como Agustina ¡Gracias mi comandante!
Maravilloso Rubén!!!!
Muy agradecido de conocer a Silvia, una lider en muchos sentidos.