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El príncipe Siddhartha vivió sus primeros veintinueve años rodeado de riquezas y lujos. Tuvo una vida de ensueño, en un mundo artificial creado para sus ojos. Un buen día se escapó de palacio, quizás porque la riqueza material, no sacia nunca nuestra búsqueda interna de una vida que nos satisfaga. Una vez en la calle, acompañado por una persona de su confianza, quedó muy extrañado al ver a un anciano, que con el rostro lleno de arrugas, dormía en la calle. Al preguntar a su acompañante, que es lo que le pasaba a aquel hombre en la cara, éste  respondió que eso que tenía el hombre en la cara era la vejez.

El príncipe siempre había estado rodeado de belleza y jamás conoció lo que son las fases en  la vida de un hombre. Ni siquiera sabía que todos hemos de morir. Con esa visión, el príncipe abandonó su riqueza y confort y se lanzó al mundo simplemente para encontrar su sitio en la vida. Años más tarde Siddhartha, se encontró a sí mismo y su ejemplo creó una de las religiones, en mi opinión, de las más bonitas del planeta, el budismo.

Esta pequeña historia viene en concreto, por un hecho que vengo observando en Twitter desde hace tiempo. Y no es otro que las fotografías que utilizan los usuarios en esta red social, o en otras. Seguramente a todos nos ha pasado que al  conocer en persona a un ponente,  persona interesante, o un príncipe de las redes sociales,  su imagen real es mucho más avanzada en el tiempo que la de su fotografía.

Bill Gates
Bill Gates – Fundador de Microsoft

Me divierte pensar que estas personas, recuerdan esa época en la que se hicieron la fotografía, como la de su palacio dorado, donde inocentes, abrían sus ojos a un mundo nuevo e ilusionante. Puede que sea eso, y no quiero pensar que se sientan defraudados con su aspecto actual, no creo que no se acepten como  son ahora.

Siempre recuerdo las palabras en Womenalia de Emilio Duró en su monólogo ilusionante:

 “Nunca vais a estar mejor que ahora, estáis en la mejor fase de vuestra vida. Esto lo digo porque cada día vamos perdiendo juventud, vitalidad y efectivamente hoy vais a estar mucho mejor que mañana”

Por último, cuando conozcáis a una de estas personas, no penséis que estáis ante un Buda de las redes sociales, es más bonito verlos, como un pequeño fan de Peter Pan. Personalmente a mí me divierte cuando conozco a un Peter Pan del Twitter, pero si utilizáis las redes sociales para encontrar trabajo, crear marca personal, no creo que una foto de nuestros mejores años convenza a un reclutador por ejemplo. No creo que un señor que piensa en conocer a un  joven y vigoroso en la flor de la vida, le haga mucha ilusión ver a nuestro hermano mayor, solicitando el puesto. Tener precaución, quizás  la otra persona desconfié  ahora de todo lo que le contéis.

Buda
Buda

Por admin

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