La paridad es de justicia
Cierto es, que la sociedad actual está mal repartida. No hay paridad en los puestos de trabajo. Predomina una mayoría en detrimento de otra mayoría relegada a un segundo plano. Con los mismos estudios, la misma experiencia y lo que es mejor, la misma o a veces más ilusión por su trabajo.
El gobierno hace flacos progresos, lo mismo que la sociedad estancada que apenas se manifiesta. Y es que los roles han de cambiar, no se puede encasillar a una persona por su sexo. Todos somos iguales, los mismo derechos y deberes, ¿por qué entonces esa discriminación?
Puede que hace años, siglos eso fuera lo normal. Que nadie del sexo opuesto se atreviera a plantarse frente al otro sexo y decirle “Somos iguales” pero la cosa por suerte está llegando a su fin.
Puede que hace años, siglos eso fuera lo normal. Que nadie del sexo opuesto se atreviera a plantarse frente al otro sexo y decirle “Somos iguales” pero la cosa por suerte está llegando a su fin.
Otro esfuerzo
Queda un último esfuerzo, reeducar a los reacios y redirigir la norma. El futuro es ahora y nunca más se ha discriminar por ser del otro lado de la cuerda.
Por lo tanto aquí y ahora reivindico que en el gremio de enfermería, se despida a la mitad de las mujeres para incorporar con plaza fija a los hombres.
Reivindico que en las clases de Pilates y sevillanas, solo admita a la mitad de las mujeres, para que los hombres con una beca, puedan acceder a esos cursos.
Reivindicamos igualmente, que haya esa paridad en la escuela. Despido del 25% femenino para reemplazarlo por personal masculino. Da igual la formación, el caso es que los docentes sean un 50%.
Cerremos igualmente, todos los comercios, clínicas estéticas y farmacias regentados por mujeres. En los barrios debe de haber paridad de negocios de hombres y mujeres
Y así sucesivamente.
Por lo tanto aquí y ahora reivindico que en el gremio de enfermería, se despida a la mitad de las mujeres para incorporar con plaza fija a los hombres.
Reivindico que en las clases de Pilates y sevillanas, solo admita a la mitad de las mujeres, para que los hombres con una beca, puedan acceder a esos cursos.
Reivindicamos igualmente, que haya esa paridad en la escuela. Despido del 25% femenino para reemplazarlo por personal masculino. Da igual la formación, el caso es que los docentes sean un 50%.
Cerremos igualmente, todos los comercios, clínicas estéticas y farmacias regentados por mujeres. En los barrios debe de haber paridad de negocios de hombres y mujeres
Y así sucesivamente.
España o Españo moderno/a
En la España moderna y actual de hoy en día, obviamente No nos podemos tomar en serio medidas tan disparatadas, que pretenden dar oportunidades a personas no formadas de ambos sexos. Todos los objetivos son alcanzados por el esfuerzo del individuo y exceptuando algunas empresas familiares, en lo que prima es el apellido o parentesco, en el resto se media por la valía de la persona.
Dividir a la sociedad es un fin maléfico que obedece a intereses creados. Nunca en la historia de este país una persona ha tenido todas las oportunidades para conseguir sus objetivos. Lamentablemente no podemos y no queremos, regresar a la antigua España, donde si nuestras abuelas estaban sometidas a estos perjuicios.
Dividir a la sociedad es un fin maléfico que obedece a intereses creados. Nunca en la historia de este país una persona ha tenido todas las oportunidades para conseguir sus objetivos. Lamentablemente no podemos y no queremos, regresar a la antigua España, donde si nuestras abuelas estaban sometidas a estos perjuicios.
Discrimina, pero no mires a quién
Pero en la España actual, es todo denunciable si se produce discriminación. No podemos etiquetar a la mujer de débil y abusable, ni al hombre de prepotente y tirano. Hay casos en los 2 sexos como humanos que somos. Creemos pues sin más dilación nuestro futuro, como siempre lo hemos echo, en una perfecta simbiosis del femenino y el masculino. Solo así se crea, solo así se avanza.
No sigamos al rebaño, conviene recordar que somos lobos y leonas. Distinto cuerpo, mismo fin.
No sigamos al rebaño, conviene recordar que somos lobos y leonas. Distinto cuerpo, mismo fin.