En los juegos de Rol, la fuente del maná consiste en una fuente propiamente dicha, que nutre con sus aguas de energía a magos, hechiceros y clérigos. Estos tres tipos de personajes utilizan precisamente la magia para combatir a orcos, guerreros, arqueros, caballeros, trasgos y algún otro personaje que no recuerdo. Las fuentes de maná suelen ser bastante escasas, por lo que si un jugador no anda listo, su personaje mágico quedará desprotegido perdiendo la partida.
En el mundo social media pasa algo parecido. Existe una serie de brujos, hechiceros o más conocidos como gurús, que con su magia combaten trolls, caballeros de armaduras oxidadas y con toda la baraja del mundo analógico que sigue sin ver las ventajas y el potencial del mundo 2.0. Pero al igual que en los juegos de Rol, éstos magos (los pocos) o ilusionistas (los más), de vez en cuando agotan las fuentes del maná (En la mayoría fuentes de EE.UU) y vuelven a repetir no una, si no doscientas veces, el mismo truco del sombrero. Que si no hay que twittear religión, política, que si hay que poner #RT #DM #FF. O también el truco de coger una carta, cómo hay que saludar a los que te siguen, seguir a quién te sigue, y mencionar a los altísimos para que nos retuiten y nos suba el KLOUT.
Lo dicho, agotadas las fuentes, lo mejor es cerrar el telón y preparar otra función. Según los últimos informes de redes sociales a nivel nacional, la cosa se ha estancado. Quiere decir esto, que ya están todos lo que tenían que estar y los que no, pues no se les espera. Y esto debe de ser asumido, al igual que todavía existe gente que envía cartas con su sello y sobre, hay mucha gente, que jamás entrará en redes o si entran, su presencia será meramente testimonial.
Si ya estamos todos, por qué no avanzamos, investigamos y aprendemos cosas nuevas. Quizás es más cómodo seguir al mago de turno, pero cuando ya nos ha sacado varias veces la paloma de la manga, al final vemos el hilo transparente y hasta el sello de la granja avícola.
Quiero empezar aportando algo de mi magia, que sinceramente puede ser un truco de teatro, o el resultado de la observación de lo que nos rodea. Seré breve.
He observado como un número de blog a los que sigo, han incrementado su número de post. Seguramente para complacer al Dios Google con el SEO y demás (Me recuerda un poco, al sacrificio de carneros ante un dios griego o romano) Está bien que suban el número de post, pero de verdad que el contenido aportado es irrelevante. Ya hablan de cualquier cosa que puedes encontrar en google, o te puede contar el panadero cuando acudes a su establecimiento. Lo mejor es buscar otras fuentes que os sacien la sed de conocimiento. Hay una receta casera que consiste en ver el número de comentarios que tienen los post. Sencillo, si tienen cero, o ningún (Me gusta) ya es mala señal. Pero si el título os atrae, darle carta blanca las primeras líneas. Si no os dice mucho, o nada, mejor dedicar vuestro tiempo a otros menesteres. Por suerte o no, dentro de poco, google nos dirá que post nos va a gustar de verdad, mientras tanto, identificar los hechiceros de los magos usando vuestro sentido común. Por ejemplo, al igual que Ángel Nieto era un gran piloto, ahora vive de su museo y rentas, muchos gurús viven de lo mismo, pero creyendo que están en primera cilindrada y la realidad es que llevan ya unos meses en boxes. Observar y recordar, que aquí no hay mucho mago, sólo vosotros.