Algún día en el futuro se reconocerá está época como la segunda edad media de Occidente. ¿Qué es lo que ha pasado, en que momento el lobo se ha colado en la cama de la abuelita y nos ha sorprendido como a Caperucita? Donde antes brillaba el sol y cantaban los gorriones, ahora el sol es un agente generador de cáncer de piel y las cotorras graznan por doquier.
¿Qué tenemos más información? Pues no lo dudo, ¿pero es fiable o es lo que mejor nos conviene? Yo opino que es más cómodo prohibir que trabajar.
Todo Prohibido
Esta semana se aprueba por decreto ley (porque sí) la reducción de velocidad en todas las carreteras secundarias. El objetivo es rebajar el número de accidentes que se da en estas vías. Para nada nutrir a Abengoa o similares de un contrato para las nuevas señales, y muchos menos arreglar los firmes, elementos de seguridad o trazados. Lo más cómodo es reducir las vías por las que volaban los SEAT 127, para que los nuevos coches con mejores prestaciones y seguridad se duerman en los laureles.
Prohibido aparcar en el centro.
En favor de la naturaleza y el medio ambiente, no podrás estacionar en el centro, salvo paso por caja. La contaminación no entiende de zonas de brochas verdes, o de autobuses con motor de explosión. (por cierto la pintura de la zona SER es tóxica).
Prohibido fumar
No se puede fumar, es malo. Pero los estancos los mantenemos que nos cobran impuestos. Antes fumaba quién quería. ¿Acaso no tenemos la libertad de morir de cáncer de pulmón cuando queramos? ¿O esa muerte es por las sustancias químicas que lleva el tabaco? Lo semi prohibimos y dejamos el tema parado.
Prohibido defenderte
Tanto si te atracan, roban en tu domicilio o te cortan el cuello, serás un delincuente si no permites que te ultrajen. Si no estás de acuerdo cómprate una mascota, al menos serás el dueño de alguien.
Prohibido vestirte bien.
Si con cualquier trapo tapas tu desnudez, ¿para qué quieres más? Te pintas el pelo de color y montas en patinete. ¿Te gusta tú libertad? Vestir bien es cuidarte, es respetarte. Si para ti ir como toro sentado es correcto, genial para ti. Pero no te quejes cuando te traten como a un indio. Si es alguien con mentalidad de Colono Inglés te descartará, portugués te esclavizará o ruso no te entenderá.
Prohibido decir fea
Porque al igual que los hombres hay mujeres feas. Es exclusivo del ser humano, dependiendo de los ojos para unos seremos feos para otras guapas. Antes con el nivel de educación uno se guardaba el comentario de hombres y mujeres poco favorecidos. Ahora por lo visto si no eres educado o eres un niño pequeño y dices fea a una mujer, pena de cárcel. Dejemos entonces este tema para Picasso.
Prohibido votar
Tanto si votas a VOX, Falange o el partido de Stalin de Torremolinos verás que se crean vías para prohibirse. En este intento global de mostrar siempre 2 opciones, A o B nos pretenden ocultar todo el abecedario hasta la Z. Y que decirles, que se pueden sumar letras, vocales y formar frases.
Prohibido prohibir.
Estamos en el año 2019, tenemos tecnología de sobra para gestionar miles y miles de situaciones. Tantas como personas, particularidades y necesidades. Es misión del “gobierno” o las entidades que nos gestionan, la de crear herramientas para adaptar a la vida de cada persona. Pagar justos por pecadores, gobernar para mayorías o minorías es la mayor injusticia a la que estamos sometidos todos los días. La política hace siglos que lleva obsoleta, será que les interesa, ya sabes… prohibido pensar.
He leído a hurtadillas esta entrada en pleno 2020, y veo que el texto nunca estuvo tan de actualidad como en estos momentos, casi echo a llorar de la libertad de la que disfrutábamos tan sólo hace un año. Ahora a los sanos que creemos que el coronavirus es una minucia sobrestimada por los medios de comunicación, nos llaman asintomáticos negacionistas, imponiéndonos su manera de pensar, y encerrándonos en casa con bozal y bajo amenazas de multa. Del barracón al trabajo, del trabajo al barracón. Adiós a nuestros derechos y libertades individuales. Qué tiempos aquellos, cuando viajábamos a 100 en el 127. Éramos felices y no lo sabíamos.
Efectivamente, siempre hemos sido felices aunque no lo apreciábamos. Pero ahora en estos tiempos tan revueltos, podemos mirar a la historia y ver cómo los que nos precedieron eran felices. Incluso en la guerra más terrible, por ejemplo en el sitio de Zaragoza tras meses de bombardeos, alguien se venía arriba y cantaba una jota. En nuestros genes está la capacidad de resistir cualquier “asedio”. Basta con recordar quienes somos y tirar para adelante. Si ni el mismísimo Napoleón pudo doblegarnos, no lo van a hacer ahora “los bichos” que nos rodean. Por mi parte prometo escribir en breve que hubieran hecho en esta época, esos personajes de nuestra historia, de los que ahora peligran sus estatuas.
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He leído a hurtadillas esta entrada en pleno 2020, y veo que el texto nunca estuvo tan de actualidad como en estos momentos, casi echo a llorar de la libertad de la que disfrutábamos tan sólo hace un año. Ahora a los sanos que creemos que el coronavirus es una minucia sobrestimada por los medios de comunicación, nos llaman asintomáticos negacionistas, imponiéndonos su manera de pensar, y encerrándonos en casa con bozal y bajo amenazas de multa. Del barracón al trabajo, del trabajo al barracón. Adiós a nuestros derechos y libertades individuales. Qué tiempos aquellos, cuando viajábamos a 100 en el 127. Éramos felices y no lo sabíamos.
Efectivamente, siempre hemos sido felices aunque no lo apreciábamos. Pero ahora en estos tiempos tan revueltos, podemos mirar a la historia y ver cómo los que nos precedieron eran felices. Incluso en la guerra más terrible, por ejemplo en el sitio de Zaragoza tras meses de bombardeos, alguien se venía arriba y cantaba una jota. En nuestros genes está la capacidad de resistir cualquier “asedio”. Basta con recordar quienes somos y tirar para adelante. Si ni el mismísimo Napoleón pudo doblegarnos, no lo van a hacer ahora “los bichos” que nos rodean. Por mi parte prometo escribir en breve que hubieran hecho en esta época, esos personajes de nuestra historia, de los que ahora peligran sus estatuas.