Tras una semana intensa en la que he podido asistir a varios eventos de distintos tipos entre sí, como una reunión comercial, una exposición de E-Commerce y unas ponencias de primer nivel de personas del mundo audiovisual y publicitario, he llegado a la conclusión de que estos sectores cojean de la misma pata de palo que el 90% de los sectores que campan en “este nuestro país” España.
Ese mal no es otro virus que el de la timidez a la hora de confiar en nuestro potencial. No sé qué maldito rey Jorge II (que dios guarde en su gloria) nos ha picado. O que manos negras han tapado nuestra historia, para hacernos los malos de la película en todas las actividades planetarias. Mientras en el resto del mundo se confía en sus ciudadanos, aquí tiramos la pelota fuera y nos tragamos como los gurús de silicon valley nos venden la moto, con casco y guantes en el lote.
En social media, marketing digital y demás tendencias, solo hay una realidad, y no es otra que google dicta las normas y el resto debe de acatarlas. No hay posicionamiento a cuatro pesetas (o 2 céntimos) ni técnicas de curandero digital para conseguir miles de clientes “puros” que aporten valor a un negocio o iniciativa. Lo que vale en EE.UU aquí no vale para nada. Somos una cultura completamente distinta al resto del mundo, enriquecidos por distintos países del mediterráneo durante siglos y por ello llevamos ventaja al pueblo norteamericano en cosas del comercio. Que nos vendan la burra de la Gamificación, el Check-in, el crowdfunding, etc a estas alturas está fuera del camino. Nosotros ya hacíamos crowdfunding, mentoring, y gamificación en las ferias de ganado, en las fiestas de nuestros pueblos, en los mercados, en la trashumancia, en el mercado de ultramar, con nuestros vecinos cercanos y lejanos.
Llevamos décadas de ventaja, porque hemos comerciado con casi todas las culturas y hemos tratado con todo tipo de personas. Poco nos tienen que enseñar de comercio las corrientes anglosajonas, si acaso la cultura china que nos lleva a todos unos cuantos siglos de ventaja.
Ya es hora de dejar de importar ideas y maravillarnos con ellas. Simplemente porque esas ideas han sido creadas para otro tipo de comportamiento, para personas con otras inquietudes. Por mucho que avance la globalización, debemos de recuperar nuestro conocimiento, nuestra iniciativa y nuestro potencial para sorprender de nuevo al mundo. Hace años que ya les dimos submarinos, helicópteros, calculadoras digitales, fregonas, guitarras, grapadoras, el lenguaje por señas de los sordomudos, ollas exprés, etc.
Cómo conseguir clientes, cómo fidelizarlos, cómo tener éxito, es sencillo. Nada de copiar al norteamericano solo hablar o recordar como lo hacían nuestros abuelos y ahí encontraremos las claves.
¿Qué es lo que hace que un español compre tu producto?
1-Que no tengas cara de tonto, porque si la tienes, lo que estás vendiendo es dudoso.
2-Que no le agobies ni le agasajes. Si repites que tu producto es el mejor del mundo mundial, repites, inconscientemente, que eso no te lo crees ni tú y tienes que repetirlo para que te lo creas.
3-Si es barato es malo, si es caro le engañas.
4-Lo que piensas tú cuando vas a comprar algo…
A un español medio se le vende por el trato humano y quizás por eso fracasan todas las técnicas novedosas made in EEUU que se aplican en las empresas. Como aquí no faltan Bandoleros, nos venden hasta un Titánic para navegar por el retiro, cuando nosotros solo tenemos un carrito de palomitas y no queremos mucho más que vender nuestro producto a los que por allí paseen.
¿De que nos vale un CRM con impacto de calor y nos marque los twitteos en Teruel, cuando solo queremos que nos conozcan en el barrio?
En el país del churrero, del macarra que tunea el coche, de la vecina peluquera, no nos pueden vender un plan de marketing para otro tipo de pensamiento y actitud ajeno a nuestra forma de vivir y observar el mundo.
De que nos vale gamificar nuestra marca, meterla en todas las redes sociales, lanzar videos virales, si un gran porcentaje de internautas no sale del mundo deportivo o del marca.
Hay que innovar y sorprender, inventar nuestras reglas, nuestras estrategias y adaptarlo a la forma de pensar de nuestra marca. Si a la abuela María la decimos que nos haga checking, todo lo más que podemos es recibir un bastonazo en nuestra espalda por faltarla al respeto.
Menos aprender cosas de fuera y más aplicar nuestra inteligencia y uso de la razón para vender al señor patrio nuestro producto. Nos toca de nuevo mover nuestra ficha, que no nos vendan ahora canicas de cristal.
Reblogueó esto en Javier De Usera R.y comentado:
Hay que aprender de los demás, pero que no te quieran vender un curso de algo que dominas…