La madre de Asunta trata de suicidarse
Ante este titular uno que tiene hijos no comprende cómo alguien puede quitar la vida a un niño. Al no ser de su sangre puede ser más fácil. Uno se puede comprar un hijo y cuando no lo quiere lo tira a la basura. Lo mismo que un gato o un perrito gracioso en el escaparate de la tienda de mascota.
Lo de matar no tiene justificación, pero de un tiempo a esta parte hasta los galgos tienen quién proteste por su muerte. En el caso de los niños o los adultos el crimen se olvida rápido. Basta con que llegue el viernes y empiece un nuevo finde para todos.
De nuevo la madre de Asunta, nos recuerda que su vida ya no existe. Gracias al cordón en el cuello de la que creyó su madre, los medios nos devuelve su imagen. La no muerte de la suicida, nos recordará de nuevo a Asunta el día que termine su condena. La ley aquí permite vivir a quién no lo permite; lo vemos todos los días. Los asesinos viven, las victimas se olvidan, ¿es justa la justicia en el país? La ley del Talión aquí no aplica, habría demasiados tuertos y desdentados, ¡qué gran negocio para las ópticas y dentistas! En cambio quizás veamos a la suicida demandar al cordón por impedir acabar con su vida, o tal vez pedir una indemnización a la fábrica de cordones por su producto defectuoso. Total si la prisión preventiva revisable es toda justicia que recibirá todo asesino.
Tratar de quitarse de medio buscando una salida, al menos los famosos de la sombra salen de nuevo a nuestra vida. Las victimas repito no suelen salir con el paso del tiempo. Quién sabe, lo único veraz es que Asunta no está y que al gran público solo le interesan hasta el próximo viernes… la dudosa calidad de hoy en día de los productos de merecería.